lunes, 21 de marzo de 2011

Just Kids




por ROBERT MAPPLETHORPE

viernes, 11 de marzo de 2011

Hombre sin Descendencia

Sobre la búsqueda consciente, sobre esperar algo más de la vida, algo nuevo y mejor, caen, muy a menudo, chaparrones de mediocridad. Es legítimo, eso sí, como lo es veranear con tu novia en Benidorm o ponerle a tu hijo Kevin o bailar con las canciones de Miguel Bosé. Lo dice Luis Á. Piñer, la esperanza exige que la abandones para realizarse. Estos días tengo un paraguas inmenso: la lectura de un guion que me está golpeando en las sienes y me deja anestesiado durante horas en la Cacharrería (la mejor cafetería que conozco en Sevilla, donde el querido Piquero es adicto a la mermelada de mora)soy el primero en leerlo y puedo confirmar mi, aquí sí, bendita fortuna. Qué hermosa es la naturaleza cuando se pronuncia de esta forma. Con este paraguas volveré a Tánger donde la lluvia es fina y el tiempo inmutable, me llevo un libro recomendado por Alberto Santamaría (de él me fío), Literatura de Izquierda de Damián Tabarovsky, y el nuevo poemario de Braulio Ortiz Poole (con el que siempre coincido bailando), Hombre sin descendencia, y poco más, por mencionar sólo lo mencionable. Aspiro a no abandonar esta isla a menos que sea por motivos estrictos, tacto y placer, es decir, acudir a la presentación de The Famous Blue Raincoat la próxima semana o cuidar a mis paisanos del norte, entre otros rigores. Hoy estrenan Incendies, trabajo que recomiendan encarnecidamente Antoine (el Cordobés) y Carlos Boyero, de ellos me fío. Vuelvo a la lectura y al hielo, algún día le contaré esto a mi nieto Kevin en Benidorm, y que la vida es algo más.