viernes, 30 de diciembre de 2011

He hablado aquí en alguna ocasión del maestro, Ángel Gómez Moreno. Él me ha descubierto nuevos caminos a través de su maestría en la filología, la botánica, la literatura y el vino (valga la redundancia). Ayer, Rosario Gómez presentaba su segundo poemario en el Libertad 8 de Madrid y este es el texto que abrió el acto, en el que Ángel me cita. Muy agradecido.
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Amigos todos:


Acabo de dejar atrás unos trastornos gastrointestinales y estoy flojo de fuerzas; por ello, quien les leerá el texto que he redactado para esta feliz ocasión es mi hija Carmen.

Hace dos semanas exactas, mi querido amigo Jaime Siles me dejaba un bello presente sobre la mesa del despacho que ambos compartimos en la Universidad de Ginebra. A primera vista, por su sobriedad y elegancia, no tuve duda de que se trataba de un nuevo volumen del Seminario de Estudios Medievales y Renacentistas de la Universidad de Salamanca, dirigido por el sabio y exquisito Pedro Cátedra. Si, por lo que al contenido se refiere, tengo su firma por el mejor aval posible, su participación en el proceso editorial garantiza la calidad del papel, la elegancia de los tipos y su adecuado maridaje con la tinta y el soporte. Por sus cubiertas, limpias y eficaces, y por otros muchos detalles se percibe que competencia académica y buen gusto vienen a ser una misma cosa en Pedro Cátedra.

El título del libro, lacónico a más no poder, revela la naturaleza exacta de la pulsión que late tras la palabra, declamada o escrita, de Jaime Siles: Poesía y Filología. El orden es exactamente éste, y no a la inversa, ya que su pugna con los clásicos de todos los tiempos no se resuelve sólo en ejercicios ecdóticos o exegéticos sino que le lleva donde él quiere: a su propia poesía. Hace unos días, entresaqué un par de fragmentos en los que se percibe con nitidez la inteligencia chispeante de quien los ha escrito: si el primero se lo envié de inmediato a mis alumnos de “Crítica textual y edición de textos”, el segundo lo he reservado para mi trobairitz del curso pasado (y amiga ya para siempre), Rosario Gómez; y para mi versificador del curso presente, Alejandro Simón, a quien felicito por El guiño de la chatarra, un libro que le lleva por los derroteros de la poesía.

De cuantos dicen seguir esta senda, pocos son capaces de entreverla, no ya de verla. En mi opinión, Rosario y Alejandro tienen trazado mentalmente su iter; en él, los peligros se sortean del único modo posible: con la lectura provechosa de todo lo que, a lo largo de los siglos y a través de las culturas, lo merece, y con la conciencia clara de que los grandes entre los grandes se les han adelantado (en realidad, se nos han adelantado a todos), y en todos los órdenes. Me alegro por ellos porque ésta es la única manera de acometer cualquier empresa literaria, sobre todo cuando se sueña con escribir versos sublimes.

Espero que nadie me malinterprete por lo que acabo de decir. Que sea como digo no quita sentido al esfuerzo creador, en la idea de que todo estaría dicho o expresado de algún modo, sino justamente al contrario; de hecho, la observancia de la tradición literaria no entra en conflicto con la voluntad que todo buen artista manifiesta por ser original, por procurar que su voz suene distinta de las demás. Lo digo en mi prólogo al segundo libro de Rosario y lo repito ahora de viva voz:

Rosario me ha oído comentar en no pocas ocasiones que casi todo lo que hoy se etiqueta como poesía cae dentro de un ámbito literario incierto. Lo diré más claramente: aunque no rechazo su pertenencia al vasto y difuso universo de la literatura, en el verso contemporáneo rara vez encuentro las marcas de una tradición que el lector formado percibe nítida desde los clásicos greco-latinos en adelante. Atento exclusivamente al lirismo, y dejada aparte una poesía narrativa de la que poco o nada queda a día de hoy, podemos comprobar cómo ese principio rector ha guiado al poeta y a sus lectores, al editor observante de su oficio y al intérprete más agudo y preciso.

La desviación a que me refiero, rara vez denunciada con la contundencia que merece, se inició con la evolución de las vanguardias, aunque éstas jamás despreciaron, sino al contrario, lo mucho que la tradición aportaba. No podía ser de otro modo, pues Pablo Picasso partía de una sólida formación academicista, aunque la suya fue la primera generación de artistas plásticos que desplazó su foco de Roma a París; del mismo modo, Secundino Zuazo supo conjugar, sin mayores estridencias, los referentes historicistas (perceptibles a menudo en la ladrillería que le llegaba del neomudéjar o en unos bloques de berroqueña que remiten de inmediato a Juan de Herrera y El Escorial) con la esencialidad racionalista y los desvelos higienistas de la nueva arquitectura; así también, Juan Ramón Jiménez ensayó nuevas maneras de poetizar desde una pulsión que no acabó nunca de desligarlo completamente del Modernismo. En su caso, huelga decirlo, dio con una clave de la que muchos de los que hoy se autoproclaman poetas (y recordemos que ni siquiera Petrarca se consideraba merecedor de tal título) ignoran absolutamente todo.


No puedo demorarme más sin traer a colación la primera cita de Jaime Siles. Además, me conviene que oigan sus palabras justo en este momento porque confirman que no ando tan desencaminado al expresarme de un modo que a muchos parecerá radical en exceso. Mi buen amigo, no obstante, se muestra mucho más taxativo y concluyente al defender esa misma idea, y con mayor poder de convicción, pues posee la magia de la palabra (vale decir, merece llamarse poeta), una gracia que el cielo me ha negado. Así se expresa en un pasaje de Poesía y filología (p. 31):


Y en esto la suya se parece a la situación del poeta frente a la Tradición y la Historia Literarias: en ellas está –como en el diccionario– todo lo que se puede escribir. Por eso, para no repetirlo, hay que conocerlo y sólo dentro de ese conocer es posible innovar, pues sólo dentro de –o por relación a– la Tradición la innovación existe: fuera de ella es absolutamente imposible innovar.


Incluso cuando Siles parece estar atrapado, y sin remedio, en el ejercicio de nuestra común profesión, cuando se derrama en lecciones de crítica textual no por generales menos valiosas, desemboca de nuevo, inevitablemente, en su propia poesía. No hay contradicción ninguna. Estoy absolutamente convencido de que, si le preguntásemos qué piensa al respecto, Siles nos confirmaría su acuerdo con el maestro Gianfranco Contini en su categórica afirmación: “La filologia culmina nella critica testuale” (Breviario de ecdotica, 1977: 6); ello, no obstante, no quita que el último grado o paso corresponda a su propia obra, a su poemario, del que hace un comentario del que merece la pena tomar apuntes para luego glosarlo (Poesía y Filología, pp. 15-16):


Siempre he conservado las variantes –mis variantes– porque en ellas reposa otra distinta posibilidad que –aunque en un determinado momento sea sólo sugerida y desentone de lo que entonces estamos haciendo o intentando hacer– adelanta otras vías de realización que a veces tardan años en llegar, pero que, cuando llegan, gracias a esas variantes, uno reconoce y sabe que lo que ahora está haciendo estaba, en cierto modo, preescrito o anunciado ya: que no es un cambio en la propia escritura sino un desarrollo de la misma. Lo que a quienes vemos la obra como un sistema no deja de aportarnos cierta seguridad. Ortega y Gasset, en una carta a Ernst Robert Curtius fechada el 4 de marzo de 1938, afirmaba que "el quehacer del filólogo consiste, y consiste sólo, en entender el texto". Y el del poeta –podríamos añadir nosotros– también: sólo que el filólogo ha de entender los textos de otros, y el poeta, en cambio, el suyo propio. Ésta es la diferencia, que lo es, y sólo en parte, del objeto, pero no del método: el método, mutatis mutandis, es el mismo porque no hay otro. El poeta debe aprender a fijar su propio texto, como el filólogo ha aprendido a fijar textos de otros: reconociendo –como el filólogo hace– el usus scribendi del autor que, en este caso, no es otro que él mismo.


El Curtius de 1938, con el que se carteaba el filósofo español, no era aún el que todos conocemos: el autor de Literatura europea y Edad Media latina, libro éste que vería la luz diez años más tarde. En esta seminal obra, Curtius nos habla de los clásicos como fuente primera, de las literaturas nacionales como receptoras y de los escritores de la latinidad media como intermediarios. Su libro nos habla de tópicos o lugares comunes que habrían pasado desde la literatura clásica, apoyada a su vez en la preceptiva retórica, a las literaturas modernas: el tópico de humildad, el de brevedad, el de novedad en lo relatado, las metáforas de alimento, las metáforas náuticas, el locus amoenus o el amanecer como tema literario.

Las reseñas más sesudas (entre ellas, una de Dámaso Alonso) mostraron lo difícil que resultaba deslindar tradición de poligénesis, o, lo que es lo mismo, lo que nos viene dado por herencia de lo que aparece, digámoslo así, por generación espontánea, que se supone cuando no existe relación aparente entre unos testigos que se ofrecen dispersos geográfica y cronológicamente. Cuesta poco entenderlo: el ser humano ha cantado siempre al amor y la muerte, se ha alegrado con la llegada de la primavera, ha celebrado la ingesta de bebidas como el vino, la cerveza o el rakí de los turcos (de ese modo, contamos con una riquísima literatura báquica, en un abanico espaciotemporal sorprendente de veras), ha encontrado en los jardines un espacio idóneo para la escena amorosa y ha sentido fascinación por el amanecer, el alba o aurora, momento crítico, marcadamente erótico, pues es el momento en que, según el caso, los amantes se encuentran o se separan.

A la amplísima antología de Arthur T. Hatto (Eos. An Enquiry into the Theme of Lover’s Meetings and Partings at Dawn in Poetry, 1965) le debemos la demostración del carácter eminentemente poligenético de este tema o motivo, con un largo número de testimonios a lo largo de los siglos. Por supuesto, si aún viviese (hace poco que murió, y con más de cien años), el maestro Claude Levi-Strauss mostraría su desacuerdo respecto de tal opinión, pues siempre sostuvo que todo sobre la faz de la tierra es genético o hereditario, aunque al estudioso se le escapen los canales, vías o caminos que hacen posible la transmisión. En la sociedad de la información en la que vivimos, la tradición se erige en un todopoderoso referente, aunque la veta o reservorio principal no se halle a ras de suelo: es precio calar hondo y dejarse llevar por un sentimiento doble, de fascinación y modestia.

Casi nadie ha contado con un padre que le haya recitado a Homero en su lengua original (y siento envidia ante el relato que de su niñez nos hace Georg Steiner en Errata. Examen de una vida, traducido al español en 1998). Todos, en casa o en la escuela, si es que no en ambas, hemos saboreado, sin alcanzar a percibirla claramente, la fórmula magistral de Jorge Manrique en sus Coplas, la de Garcilaso en su Égloga III o la de San Juan de la Cruz en su Cántico espiritual. Si he puesto estos tres ejemplos es porque en ellos queda patente el peso de la tradición, sin cuyo auxilio nada se entiende. Aunque algunos hemos puesto nuestro granito para explicar a estos poetas, nada habría sido posible sin el libro de Pedro Salinas, Jorge Manrique o tradición y originalidad (1947); sin el de Rafael Lapesa, La trayectoria poética [donde trayectoria vale de nuevo por tradición] de Garcilaso (1948), donde nos dice que el quid de la poesía garcilasiana está en el hecho de ser una “suma sin pérdidas”; o, en fin, en la edición anotada de mi maestro Domingo Ynduráin (1983), que al apelar a la tradición arroja un haz de luz sobre muchos de los que se tenían por arcanos irresolubles.

Quien desee servirse de la evocación nostálgica, eficacísimo recurso lírico, hará bien en releer a Manrique, que a su vez deja su impronta en Bécquer, que en último término suma sus fuerzas a las del poeta tardomedieval para inspirar a Antonio Machado. Llegar a ese punto por medios propios no sólo es un derroche de energía sin justificación: es un puro dislate. Rosario Gómez no ignoraba este principio antes de iniciar sus estudios universitarios; de entonces para acá, se nutre de literatura y, a la luz de los resultados, he de decir que su digestión no es en absoluto pesada. La tradición activa el espíritu creador de Rosario, aporta la sustancia primera a la composición y luego la enriquece a lo largo de todo el proceso. No puedo extenderme más; por ello, invito a que ella misma o algunos de sus compañeros, todos queridos discípulos, lean los poemas que paso a señalar, pertenecientes a su próximo poemario, del que aún desconozco el título:


(1) En sus libros previos, y en éste de nuevo, vuelve sobre el hecho de la creación, de la inspiración, èlan, furor poeticus o, como lo llamaba el Marqués de Santillana, celo celeste. Hay dos poemas especialmente atractivos: Entre la clave que apremia (108) y Transitaré buscando la belleza (88). Este último tiene un fuerte toque luisiano (el “celestial sonido” nos recuerda la música de los astros y a Dios como gran músico); antes, la cita de San Juan de la Cruz (con la “música callada”) es manifiesta a cualquier lector mínimamente formado.


(2) En Para transferir lo mudo (85), Rosario Gómez nos habla de su lucha con la palabra; aquí, mucho más que la hiperestesia me llama la atención un vocablo, velo, que fuerza una amplia cita, pues el Prohemio e carta del Marqués de Santillana dice que las palabras de que se sirven los poetas van "cubiertas o veladas con muy fermosa cobertura". En realidad, se trata de la alegoría, esto es, de la metáfora mantenida, un recurso que continúa perfectamente activo a día de hoy; de hecho, algunos poemas de Rosario, publicados e inéditos, pueden etiquetarse como neoalegóricos (como En lo húmedo de la noche [4]). A este procedimiento remite la cubierta o palliaçión que, como glosa a velo, incluye don Enrique de Villena en su magno comentario a la traducción de la Eneida virgiliana; a ella, en fin, alude el integumentum de tantos tratadistas y teóricos entre la Antigüedad y los siglos medios. Es también la ficción colmada de verdades a que se refiere Petrarca en su defensa de la poesía dentro de las Invective contra medicum, que Hernando de Talavera traduce como Reprensiones contra un médico rudo y parlero.


(3) Un poema de tránsito hacia el segundo tema seleccionado para este grato encuentro, la albada o alborada, es Junto al fuego (101), toda vez que en él se continúa con asuntos de pura poética. Al cierre, el grito del alba nos lleva de lleno a la tradición trovadoresca, en la que el gaita o vigía alerta a los amantes de la llegada del amanecer nada más despuntar los primeros rayos del sol matutino. Poética y albada se dan de nuevo la mano en Ya no me perteneces (92).


(4) La aurora se halla por doquier, como podemos ver en unos cuantos ejemplos adicionales. De nuevo los primeros rayos de sol ponen final al combate amoroso en Dos espadas, en alto (75). Al respecto, cabe sumarse a Góngora cuando, al cierre de la Soledad primera, dice aquello de “a batallas de amor, campo de pluma”. El alba es sólo un apunte rápido en un buen número de composiciones de tema diverso, como en A la sombra de la noche (15). También tenemos el alba frustrada de Entendí que el fuego de los ojos (27), que nos recuerda los versos populares que Melibea vierte ante la demora de Calisto: “La media noche es pasada y no viene: // sabed si hay otra amada que lo detiene”. En Se me antoja que todo (26), este modelo poético se acompaña de otro igualmente añoso y omnipresente: el de las cadenas de amor, que permiten regodearse a quien las arrastra: “Bien haya quien hizo cadenitas, cadenas, // bien haya quien hizo cadenas de amor”.


(5) La carnalidad contenida propia de la mejor poesía de todos los tiempos es la que encontramos en Ofrecía la noche (98); aquí, el encuentro nocturno se envuelve en una atmósfera feérica semejante a la de Aparittion de Mallarmé, allí donde nos habla del día de su primer beso:


Et j’ai cru voir la fée au chapeau de clarté

qui jadis sur mes beaux sommeils d’enfant gaté

passait, laissant toujours de ses mains mal fermées

neiger des blancs bouquets d’étoiles parfumées.


Al igual que en Dante, el amor “muove il sole e l’altre stelle”, como vemos en Ahora, entre la negrura (10), donde el amado, nuevo demiurgo, infunde vida a las plantas con su sola presencia. La perspectiva femenina permite ampararse en una tradición que arranca, cuando menos, del Cantar de los cantares. No sólo el Romanticismo, sino una tradición mucho más amplia y rica, aporta el sustrato a la hora de dibujar una naturaleza solidaria con su estado de ánimo, claramente expreso en También la lluvia llora (14).


(6) Poemas hay de los que sólo conviene decir que están bien trazados y que se acogen al refugio seguro de la tradición. El éxtasis contemplativo ante la inefabilidad última de lo bello anima Detenerme, tímida y absorta (100). También invito a leer Memoria de otoño (99), donde el término vagido me parece una especie de homenaje a Dámaso Alonso, allí donde, al hablar de las Glosas emilianenses, las llamaba “primer vagido de la lengua castellana”. En Mientras vuelves (11), oigo la voz de la joven enamorada de la cantiga de amigo, dolida ante el retraso del amado: Muito tarda meu amigo na Guarda, dice una de ellas en su estribillo; mientras tanto, en otra se repite obsesivamente: Eu atendendo ao meu amigo.


(7) Equilibrio, simetría, contraste y repetición, con la función poética al fondo, son los rasgos que imperan en poemas como No existen melodías sin silencios (95) o Quiso (75). Desde el punto de vista temático, lo órfico está presente en Dijeron que venía de la otra orilla (16). En fin, poemas hay que tienen su modelo en un poeta concreto, como es el caso del Cernuda que entrevemos en Me pierdo buscándote (47) o Las lágrimas asaltan su entereza (53).


La que acabo de hacer es la breve glosa que me permite esta lectura entre amigos. Pido perdón porque, a pesar de que he dicho mucho menos de lo que pretendía, he ocupado más tiempo del que las circunstancias aconsejaban. Hago públicas mis felicitaciones a Rosario y mi agradecimiento a todos los presentes por la atención que me han prestado.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Apuntes

La criatura de Hazanavicius, The artist, es un puñetazo en la mesa, del golpe rebota purpurina, inteligencia, esplendor. Destroza a la vez gafas 3D y creadores del videoarte, bonita palabra ésta. Me hubiera gustado verla con un amigo alemán.

EÑE. En febrero vuelve EÑE, voy a intentar trazarla con toda la cursiva que quepa en estas noches.

Vaquerizo, devuélveme pronto mi LP, Low. El 2 de febrero os podréis descargar desde aquí "Patos a la naranja, Pollos a la menta" y "La Barby Túrica"

Mi trikeliano amigo Javi Moral creó junto a otros dos colgaos un plan inmejorable, Plan de gira, (www.plandegira.com). Echad un vistazo.


Cuando las ilustraciones en algunas editoriales sólo sirven para camuflar un texto vacío, Sara Morante -a la que sigo desde su trabajo para el Diccionario de Literatura para esnobs- me destroza con la mirada de sus personajes, con su modernismo reposado, sé que no descubro nada pero qué importa. Majestuosa.

Mi maestro en la Complutense -y fuera de ella- Ángel Gómez Moreno me dedicó un pequeño texto del último libro de Jaime Siles, Poesía y filología. Siles es una referencia absoluta para mí y estoy en busca de este libro recién aparecido, este es el estracto que rescata Ángel, de cuya maestría he esculpido Nódulo Noir, él lo sabe:

Siempre he conservado las variantes --mis variantes-- porque en ellas reposa otra distinta posibilidad que --aunque en un determinado momento sea sólo sugerida y desentone de lo que entonces estamos haciendo o intentando hacer-- adelanta otras vías de realización que a veces tardan años en llegar, pero que, cuando llegan, gracias a esas variantes, uno reconoce y sabe que lo que ahora está haciendo estaba, en cierto modo, preescrito o anunciado ya: que no es un cambio en la propia escritura sino un desarrollo de la misma. Lo que a quienes vemos la obra como un sistema no deja de aportarnos cierta seguridad. Ortega y Gasset, en una carta a Ernst Robert Curtius fechada el 4 de marzo de 1938, afirmaba que "el quehacer del filólogo consiste, y consiste sólo, en entender el texto". Y el del poeta --podríamos añadir nosotros-- también: sólo que el filólogo ha de entender los textos de otros, y el poeta, en cambio, el suyo propio. Ésta es la diferencia, que lo es, y sólo en parte, del objeto, pero no del método: el método, mutatis mutandis, es el mismo porque no hay otro. El poeta debe aprender a fijar su propio texto, como el filólogo ha aprendido a fijar textos de otros: reconociendo --como el filólogo hace-- el usus scribendi del autor que, en este caso, no es otro que él mismo.

La Línea de la Concepción es la cuna del punk, y parte del glam, andaluz. Sí, ha existido y existe. Estoy dispuesto a rescatarlo, ya estoy en ello. Que nadie mencione a la Reina del Sur, por favor.
Pero de momento sólo apuntes. Besos desde el límite, tambien de Europa.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Nódulo Noir

Oh jeunesse, jeunesse.
Alejandro Sawa


Nódulo Noir ya está en prensa, será publicado a principios del próximo año por la editorial Renacimiento (mi casa-palacio ya) y es el momento de ir ajustando algunas cuentas.
Ángel Crespo decía que de la poesía no deben sacarse consecuencias, sino impulsos. A mí los impulsos me han llevado a la enfermedad -jamás a la poesía- y el nódulo es la menor consecuencia, eso sí, destruyendo, como aconsejaba Valente, la relación prevista del texto poético y la intimidad personal.
Explicar un libro de poemas es el peor favor, por lo menos en mi caso, que le podemos hacer al poemario, un bebé interpretando el discurso de un viejo mudo. No lo voy a intentar ahora tampoco, para eso -repito- están los poemas y algún lector carísimo, o esdrújulo. Y es que este es el género de los avisos, ya se sabe lo que viene al tiempo.
Estoy profundamente agradecido a mis amigos y maestros, Fanny Rubio y Luis Antonio de Villena, por sus siempre sabias y desnudas -sin el mínimo resto de corsé- directrices, por sus lecturas y sus valoraciones apremiantes. A Fanny, a su poética, a su energia vital, ya la retrata Álvaro Pombo en su libro Alrededores de la mejor manera. Con Luis Antonio espero seguir combatiendo en la noche madrileña largamente, y disfrutarle con un brandi en la mano.
Gracias mil a Christina Rosenvinge por introducir los primeros síntomas de esta enfermedad en forma de prólogo, por personificar lo que yo no consigo transmitir en los poemas, por su destreza con el fino bisturí.

Nódulo Noir es un libro dedicado a Miguel Á. Pantalón.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Remedios caseros para el Nódulo


Chicos en la playa (mejor Boys on the Beach). Joaquín Sorolla.


El gran Cabrón o El Aquelarre. Francisco de Goya


La muerte de Séneca. Manuel Domínguez
Mañana pondré la música, pinchar es otra cosa más seria, en una agradable sala madrileña. Sólo de 2 a 3 (hora de cierre, a esa hora ya ni hay nada bueno en la calle) así que ando peleándome con los descartes. Si os pasáis por el siroquín podréis, además de tontear alegremente conmigo, escuchar a Los Elegantes, LaToya Jackson, Division, Guille Mostaza, Belle and Sebastian, Mogwai, Gurruchaga, Deville, Bolan, Berlanga, Las Ratas, Los Negativos, The National, Arcade Fire, P. Hinson, Pet Shop y alguna cosa más. Se proyectarán imágenes de Carmina Ordoñez.

Mi elegancia es buscada, rebuscada.

-Manuel Machado-



"...si a Alejandro Sawa le hubieran dicho que se presentara a unas oposiciones, que optase a un premio, que concurriese a un certamen, que solicitara o aceptase, siquiera, un destino del Estado, que escribiera, simplemente, un artículo de actualidad por encargo de cualquier periódico él hubiera sacudido sacudido airadamente su hermosa melena a lo Daudet sacándose la pipa de entre los labios, hubiera mirado de arriba a abajo a su interlocutor y hubiera escupido en el suelo con el más olimpico de los desdenes, por toda respuesta. No le hubiera importado firmar así su sentencia capital, en una época en que, aquí, la muerte natural de un escritor español solía ser de hambre".

Manuel Machado.

Leed a Don Manuel, nuestro Verlaine español. Padre poético y espiritual de los hoy tan seguidos y admirados Costafreda, Gil de Biedma, Crespo,...

jueves, 15 de diciembre de 2011

sábado, 10 de diciembre de 2011

No éramos capaces de regalar
nuestras llagas a la muerte.


-Pe Cas Cor-

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Antiguas y Bestias

Hace algunas horas contemplaba cómo bestias uniformadas se preparaban para cercar a los ocupantes del hotel Madrid. Mientras esperaba el momento glorioso del enfrentamiento bruto, de la deshumanización esterea, me acordaba de cuando mi madre estaba embarazada de mi hermana y amezaba con golpearle la barriga día sí día también. Ambas me han perdonado. No llegué a ver el desalojo porque me entró sed, más cuando tres jóvenes se asomaron al balcón con la caras tapadas y el puño en alto, grité en voz baja "antiguas, que sois unas antiguas" y me fui con la imagen de esas barriguitas fastfood y de sus brazos y tabiques limpios de sed, con unas venas que se escondían encogidas de hombros en no sé qué parte. Me fui a beber como un bellísimo (ya se entenderá esto, espero) con mi nuevo bisón falso cayendo suavemente por el hombro pálido, cortesía de alguien especial a quien pretendo asesinar (ya he tenido tímidos impulsos) pero el papel de víctima no nos favorece del todo, de momento.
Acabo de recibir poemarios de gente más joven que yo, como voy a escribir un artículo al respecto no me voy a extender aquí, sólo darle la enhorabuena a Luna por la cantera de zombis que, sin quererlo, está creando, y aquí no hay ningún tipo de ironía.
Un invento no puede inventar nada.
Y gracias a los que comparten poemas sólo con el interés muy legítimo de ser leído, y nada más.
No sé si se puede ir a enseñar algo a EEUU cuando se piensa que no cabe duda posible entre gastarse el dinero en Macallan o en fotocopias con remite, me estoy perdiendo...lo que quiero decir es que el diez años de Macallan es mucho mejor que el doce años, quizás sea el mejor whisky del planeta, mucha gente no lo sabe y se gasta la pasta en el doce años. Eso es todo. El único consejo que me atrevo a dar.
El pasado lunes, en una comida junto a personas con voz, alguien con demasiado Acento me hablaba de la falsificación del ser, me sonó a Heidegger, pero igualmente me retumbó. Yo quiero ser de esta tierra, de este cadáver al fondo de las nubes.
Ya en la madrugada, aun llevando Pantalón, nos increpaban. Molestábamos -aunque sólo fuese unas horas- al mundo, a la masa, a las Antiguas.

(y apoyada en un semáforo, Virginia Woolf se echaba las manos a la cabeza)

jueves, 1 de diciembre de 2011

Nada conforma el centro de la luz,
sino el vacío que en ella misma crece.
Sonora orquestación de las palmeras.
Címbalo idéntico al eco de la luz.
Qué cantidad de espacio en transparencia.
Masa, volumen, línea, espesor.
Materia sida
no en ritmo: en voz, en mar, en movimiento.




(Poema, El centro de la luz: Jaime Siles,
Acuarela, Las cebollas de las nanas: Patricia Simón)

martes, 22 de noviembre de 2011

Mañana, en la Academia de Cine.

http://www.europapress.es/cultura/libros-00132/noticia-salen-luz-poemas-ineditos-berlanga-20111118182255.html

lunes, 21 de noviembre de 2011

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http://www.laopiniondemalaga.es/cultura-espectaculos/2011/11/21/nuevos-versos-malaguenos/465223.html


Publicado hoy (día primero de la nueva era primitiva española) en el diario La Opinión de Málaga.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

It was a very good year

Los 17 últimos whiskys de
Dylan Thomas tras los cuales
dijo Es todo un récord
Y se hundió en el delirio.


(José María Álvarez)

domingo, 6 de noviembre de 2011

http://blogs.opinionmalaga.com/el-canape/2011/11/06/la-poesia-un-arma-cargada-de-futuro/


Artículo de Martín Moniche para la Opinión de Málaga.

jueves, 20 de octubre de 2011

Mediodía

Has servido una sopa y nada más. Pero
difícilmente consigues tragar ese caldo; es un líquido
turbio en el que flotan trozos de pato salvaje y
tripas mal limpiadas...
Está lejos de resultar sabroso.

(R. Carver)

lunes, 17 de octubre de 2011

Las verdaderas Revoluciones no se empiezan desde abajo sino desde el más allá.


(Sevilla, cerca del 15-O, en el clásico Garlochi)

martes, 27 de septiembre de 2011

Lo que no encontró Gary Moore

Ando inmerso, entretenido, investigando el fenómeno del cine -más bien del celuLIOde, del champán y las rosas, y por ende se cuelan en los milímetros estafadores, poetas y gigolas- en la Costa del Sol, no desde el prisma académico ni tampoco desde la neuralgia exclusiva de Torremolinos, más bien basado en testimonios e insomnios. Dejo aquí, por ejemplo, un fragmento del artículo del, entre otras cosas, discjockey Lutz Petry, 45 revoluciones por minuto, publicado en la revista Zut.



A raíz de este boom cinematográfico, la modesta industria nacional -siempre apoyada por un recién creado ministerio de turismo que veía en el cine una magnífica oportunidad para propagar las virtudes de una industria turística de enorme proyección- se lanza al sol y a la playa para seguir el ejemplo americano y sacar provecho del asunto. Los resultados no siempre están a la altura de las circunstancias, pero algunas películas, aparte de su encantador exotismo, sí dan por lo menos la talla.
Pedro Olea, director de reconocido prestigio, Pim, pam, pum...fuego (1975), Un hombre llamado flor de otoño (1978), El maestro enigma (1992), entre otros títulos de notable calidad, realiza una de las escasas películas en las que se aborda con dignidad el fenómeno turístico de la Costa del Sol en los 60. Las vacaciones de Semana Santa en Torremolinos de un grupo de jóvenes amigos madrileños sirven de marco a una arriesgada historia de amor con un final feliz un tanto convencional e impuesto. A pesar de esta contradicción, la película refleja el ambiente de tolerancia del que gozaba la Costa del Sol al abordar temas aún tabú como las relaciones prematrimoniales, las drogas o la homosexualidad. Las estampas del viejo y a la vez modernísmo Torremolinos resultan impagables, como la que protagoniza un jovencísimo Luis Eduardo Aute cantando canciones de protesta en francés en la plaza de la Gamba Alegre, o la delirante y psicodélica fiesta en un chalé donde una alucinada Massiel y la transexual Coccinelle -la leyenda cuenta que su cambio de sexo, realizado en Casablanca, fue el primero del mundo- oyendo el LP de la Carmen de Bizet a 45 revoluciones por minuto, entre otras muchas extravagancias. La película fue rodada en 1967, y supuso la ópera prima del prestigioso director.

lunes, 26 de septiembre de 2011

En Alemania, como en otras partes de Europa supongo, sigue interesando lo que pasa en el Festival de Cine de Donosti. Aquí se hablaba sobre todo de Banderas y Coronado (quién se cree a Coronado?). Un trabajador de este arte, algo octavo ya, presentó su trabajo, su historia audiovisual y alemana -casi cinematográfica-, pero el jurado la consideró peor que todas las que sí entraron, así de obvio. En Arte, Jonathan Rosenbaum mencionó este trabajo, sí, pero la cinta no viajó al paraiso de los pinchos y los vinos. Discutir cualquier fallo de un jurado es un ejercicio de riesgo donde se suele caer en el fantochismo y torpeza bruta. En Alemania he podido ver esta película, cuatro veces, y alguna que participaba en el Festival. Considero que el trabajo que mejor no menciono, a pesar de sus múltiples problemas sobre todo de postproducción y difusion -inexistente aún -el director no es un trepa- es muy superior a la película que se ha llevado el premio al mejor director novel, y paro aquí. Bravo por Isaki Lacuesta, por tener siempre a la poesía con los zapatos limpios.

jueves, 1 de septiembre de 2011



photo: Gorka Bravo

...

Desconocido entre desconocidos,
un extraño me espía en los espejos

(J-L. García Martín)





Photos by Diego Díaz)

domingo, 28 de agosto de 2011


(Photo: Miguel Trillo)

HABITADO DE FUEGO

Habitado de fuego el columbario,
qué hermoso es el principio del desorden.
El sol, en su derrota indescriptible,
hiere el atrevimiento de las torres,
vulnera el frágil cuerpo de los árboles,
muere en el interior de la hermosura:
en su centro visible: la ciudad.
¿Y dónde yo?


(por Juan A. González Iglesias)

sábado, 20 de agosto de 2011

Canícula

...
No me dejes...
No me dejes...
se devanaba un antiguo tocadiscos
girando como una peonza ciega en el pico de la derrota.
...


(de Tránsito, Juan Manuel Macías)

Don´t care baby




lunes, 8 de agosto de 2011

Cita

Este jueves a las 20 horas en el teatro Filarmónica de Oviedo:

Buen Suceso (con la voz de la gran Isa Muñiz)
y Peter Bernstein Cuarteto.



martes, 26 de julio de 2011

--/--/----

viene tu culo de Ceres en retórica de mármol
(FGL)

lunes, 18 de julio de 2011

Después de unos días de vino, sombras, barro y sol junto a Lady Agnola y Javi Bartel -Criminal World- sólo podía recibir a Patricia Simón de esta guisa, y comenzar así a explorar el abismo (again and again and...)




(por cierto, Periodismo Humano ya tiene edición en árabe, como decía Lou Reed: Growing up in Public)

lunes, 11 de julio de 2011

Los gatos príncipes

Las noches de verano en Madrid son un gran antídoto para esta ordinaria estación -dando por hecho que no hay presupuesto para las Bahamas-, y disfrutar de ellas junto a Fabian, Jaenada y, sobre todo, Luis Antonio de Villena, es una forma de viajar a lo exótico y exquisito muy cerca de la Gran Vía, brindar por una vida que no es ni noble ni sagrada pero parece más buena, menos mala, a pesar de la policía madrileña a la que le mando un beso profundo y negro.
Ahora, en un ornamentado -que no lujoso- hotel de Almería, espero a que llegue Óscar y a que caiga la noche, hago algunas llamadas a Tánger (también ella ha estado en Madrid estos días, más guapa) llamadas que negaré en recepción -qué se me ha podido perder a mi en Tánger señorita, no ve lo pálido que estoy, porque el día en esta parte de la tétrica costa española es largo y agradecido, la limpiadora pone más esmero en la moqueta cuando oye follar en la habitación contigua, lleva un rato parada en la 107.
En la televisión hablan de Justin Bieber, un chico que canta, que baila imitando a Jackson y que se ha hecho millonario, este muchacho me caerá muy bien cuando cumpla los 25, incluso quizás entonces haga un buen disco. Sus fans sólo buscan acostarse con él, tener un hijo suyo y eso es muy digno, no como los que esperan a que salga el artista de turno para conseguir una Oportunidad, o cuanto menos tenerlo en su agenda, por si acaso y brindar mientras tus padres no se enteren de esto -cómo comentar entonces los bikinis en verano- ser muy libre y que no te pase nada malo. Ayer busqué por esta ciudad un lugar donde alquilar un film de Pasolini, ni rastro, el genial director y no mal poeta dijo que no hay nada más absurdo que la propia insistencia, la cita no es exacta pero habría que tatuarla en lugar de tantas letras góticas y dibujitos ingeniosos. Ahora me parece que Bieber va tomando un aire a Kurt Cobain.
Al gran Luis Antonio espero verle pronto, volver a trasnochar cualquier lunes o jueves por el centro de Madrid, evitar las terrazas e intercambiar sortijas y gatos príncipes. Vuelvo a Los obscuros leopardos de la luna, por José María Álvarez y Una temprada en lo moderno , por Julio Pérez Manzanares.
También Diego está de camino para seguir preparando ora aquí ora en la venta de Vargas nuestra Extimidad de Viper Room, seguimos derribando muros mientras llega la policia, la temperatura exterior es de 31 grados, también corrijo, escucho la música de Isabel Muñiz y su banda, en cierto modo es un estúpido milagro estar aquí, cerca de la 107.

miércoles, 6 de julio de 2011

tener y no tener

No tiene fin la oscuridad.
No tiene
La sal del mar un día de consuelo.

Pero en cambio la dicha que hoy nos cubre
tiene los días contados.

Por José Emilio Pacheco




(Leído en un pub de modernos en Tribunal,
suena Mink Deville)

lunes, 4 de julio de 2011

Oh, Dandy in the Underworld...

Cordoba, septiembre 2001...
y Madrid, Xixón, Málaga,...





photo por O. Gamez

lunes, 27 de junio de 2011

UNA CONFERENCIA


Como errar es inevitable, puedo fácilmente ser tomado
por un tipo que está de pie ante ustedes, en esta sala llena
de lo que son ustedes. Pero en una hora, en fin,
esto se habrá enmendado, a costa mía y de ustedes,
y el lugar volverá a pertenecer
a las partículas elementales, mucho más flexibles
que una forma humana particular, o una reunión cualquiera.
Algunas partículas son libres aún. No todo es polvo.


De manera que mi indisposición para admitir que soy
yo quien está frente a ustedes ahora, o lo contrario,
tiene menos que ver con mi modestia o solipsismo
que con mi respeto por el futuro prójimo de este local,
esas susodichas partículas que flotan libres
hasta posarse en la superficie
reluciente de mi cerebro, sin que ningún trapo húmedo
y ansioso pueda capturarlas y eliminarlas.


Lo más interesante del vacío
es que está precedido por lo lleno.
Los primeros en comprender tal cosa fueron, creo,
los dioses griegos, cuya especialidad era la ausencia.
Piensen, pues, que ensayamos para un bis divino
donde actúo, como ven, para la galería.
Todas nuestras acciones son vanidad.
Pero yo tengo prisa.


Una vez que conoces el futuro, puedes hacerlo
adelantarse. Igual que las figuras y los muebles de mi casa.
Perder protagonismo no es una virtud
sino necesidad, y uno tiende a apreciarlo mejor
cuando cae la tarde, si bien desde un punto de vista
numérico es más fácil no ser yo
que no ser ustedes. Como el cisne dijo al lago:
No me gusto. Pero bienvenido a mi reflejo.


por Joseph Brodsky.

Traducción: Abraham Gragera

viernes, 17 de junio de 2011




Por Jan Cága.
Ganador del Premio PHE OjodePez de Valores Humanos 2011.

domingo, 12 de junio de 2011

Leer a Ciges Aparicio

Renacimiento de Sevilla (editorial tan meritoria, entre otras cosas, por recuperar para el lector actual, importantes clásicos olvidados) acaba de reeditar, con prólogo de José Esteban, uno de los libros noventayochistas de Manuel Ciges Aparicio (1871-1936) escritor y periodista siempre comprometido con su tiempo, agudo detector de los males de una España empobrecida, atrasada y corrupta, contra la que procuró luchar, sin dejar de reflejar aquella bohemia moderna o modernista, lleno de giros nuevos y crepusculares, en un orbe que era miserable y aún zarrapastroso. El tomo “Del periódico y de la política. El libro de la decadencia”, publicado originalmente en 1907, narra con claro fondo autobiográfico, las vivencias desoladoras de un joven escritor entre el periodismo y la política tradicional, enmedio de la desidia, el desaliento y la corrupción. Un mundo español al borde del colapso, que produce tanta rabia como pena. Lo mejor acaso, las escenas de misérrima vida bohemia, donde naufragaron hombres cultos, brillantes y perdidos como el Estanislao de este libro que (sin serlo) nos recuerda el calvario de Max Estrella. Ciges fue un escritor más que notable entre el 98 y el modernismo, que siempre buscó una España renovada y distinta, como tantos ay, sin verla conseguida. Amigo de Azaña, durante la 2ª República fue gobernador civil en varias provincias, y el alzamiento de Franco le tomó en Ávila, donde fue brutalmente fusilado a principios de agosto de 1936. Se casó con una hermana de Azorín, Consuelo Martínez Ruíz, de la que tuvo un hijo que fue actor, Luis Ciges, fallecido hace no muchos años. Hay bellos libros de Ciges Aparicio como “Del cautiverio” de 1903, donde narra su prisión en la Cuba aún española, por oponerse a la política del capitán general, Valeriano Weyler. O “Circe y el poeta” de 1913 donde narra sus años parisinos. Ciges fue quizá el primer español en escribir y publicar en 1900 un artículo sobre la muerte desasistida en París del gran Oscar Wilde. Naturalmente la ultramontana y cerril oposición católica -la más claustral de Europa- tachará el artículo de “defensor del pentapolismo”, como se narra en el libro que ahora recomiendo. Para algún despistado: La Biblia llama “pentápolis” a las cinco “ciudades de la llanura” entre las que se hallaban Sodoma y Gomorra… ¡Cuánto nos ha costado salir adelante! ¡Pero cuántos grandes hombres hemos tenido… !


por Luis Antonio de Villena

viernes, 10 de junio de 2011

Por si estáis en Sevilla...Tonight

&

http://www.estepona.es/actualidad/web/amp_noticia.asp?s=2&id=7995

martes, 7 de junio de 2011

Delante por detrás

La indignación es, o tendría que ser, una fase, un estado transitorio -que no pasajero- hacia otra cosa, hacia algo más. La indignación siempre va precedida de algún cambio -aunque sea una vuelta en círculo-, estimula el movimiento y desfosiliza los sentidos. Recuerdo que, hace tiempo, un antiguo presidente comentó que rectificar es de sabios pero hacerlo todos los días es de tontos. Se puede extrapolar ésto a la indignación, no se puede vivir eternamente indignado, no es bueno para el pelo.
Decían los postestructuralistas que el inconsciente es la única voz del ser humano, pues bien, ha llegado el momento de dejar de mover las manos y escucharle atentamente, de empezar a barrer nuestro presente y provocar los cambios en otro lugar antes de que nuestra casta tradición inextirpable se cuele más y más por las cañerías de las plazas. Apunto a Heidegger, asumir nuestra temporalidad nos permitiría apropiarnos realmente de un destino auténtico.

(Ideal)

viernes, 3 de junio de 2011

ay que te pincho

Hoy pincho (dos macs) en la única discoteca que frecuento (hablo de discotecas propiamente) de 2 a 3 (parece que invertí bastante en este local) Voy seleccionando canciones mientras me empolvo las mejillas. No quiero ser predecible pero esta la pongo al final, ajuste de cuentas. Lo demás está muy muy cuidado y estudiado. Espero que nadie venga a darme el coñazo con peticiones, me importa muy poco el gusto musical de cada cual. Llevo un láser por si alguna con síndrome Lourditas se me acerca. Hasta luego.

miércoles, 1 de junio de 2011

Leonard Cohen, el Nuevo Príncipe de las Letras.




Buen día para hacer uso del famoso Impermeable. Divina justicia poética, qué divina eres. Salud
Este blog se irá apagando poco a poco durante los próximos días, eso sí, antes os meteremos en estrechos compromisos.

Néstor

jueves, 19 de mayo de 2011

NUEVA HISTORIA DEL CINE IMPERMEABLE

Los griegos sentían admiración por la araña, el animal más sabio y técnico para Aristóteles. A través de sus hilos la araña construye la trama que puede acabar en un trampa complejísima, casi matemática, o reducirse a un simple hilito que conecte dos hemisferios. Aquí, este hilito impone el espacio que encierra de forma claustrofóbica al hombre, impulsándolo a una estructura que alcanza su culminación en la dimensión de una realidad que aprisiona sin remedio al individuo.
La niebla, el ruido seco de la lluvia, la verja que cierran oportunidades en nuestras narices, el aburrimiento hermenéutico o los sucios ventanales funcionan como metáforas de parálisis evidentes de una especialidad torturante e imperativa. Un eco que recorre un laberinto, el laberinto de la inexistencia a pesar de sabernos vivos, un laberinto tan fino y lineal como la tela simple de una araña que captura por igual sin necesidad de tejer en exceso ni de esconderse en lugares recónditos para atrapar. Porque el gusto elevado no requiere lo pintoresco de las especies y sí de una realidad descarnada, seca, austera, privada de sustancia vital.
El deseo de herir y el de matar están fuertemente ligados a nuestra necesidad sexual o caníbal, bajo cuyo signo nadie actúa razonablemente.

(de Todos vós sodes capitáns) Ganadora del Festival Online de Cine Europeo.


Los Capitanes también están en la Puerta del Sol, en las Setas de Sevilla, Barcelona... todos vosotros sois capitanes. Gracias. Gracias a Patricia por sacarme el domingo de mi planeta y pegarme dos tortas. Nos vemos ya.

miércoles, 18 de mayo de 2011

"...y así, por la coquetería
De tu forma divina y de sus negros instintos
En ti Adoro,
hijo de siniestros Destinos,
el Horror que fascina y la Extravagancia"



(Fernand Khnopff. Kunst (Die Zärtlichkeit der Sphinx)

martes, 10 de mayo de 2011

miércoles, 4 de mayo de 2011

Lovely lovely Rupert Brooke



THE LITTLE DOG´S DAY


All in the town were still asleep,
When the sun came up with a shout and a leap.
In the lonely streets unseen by man,
A little dog danced. And the day began.

All his life he'd been good, as far as he could,
And the poor little beast had done all that he should.
But this morning he swore, by Odin and Thor
And the Canine Valhalla—he'd stand it no more!

So his prayer he got granted—to do just what he wanted,
Prevented by none, for the space of one day.
"Jam incipiebo, sedere facebo,"
In dog-Latin he quoth, "Euge! sophos! hurray!"

He fought with the he-dogs, and winked at the she-dogs,
A thing that had never been heard of before.
"For the stigma of gluttony, I care not a button!" he
Cried, and ate all he could swallow—and more.

He took sinewy lumps from the shins of old frumps,
And mangled the errand-boys—when he could get 'em.
He shammed furious rabies, and bit all the babies,
And followed the cats up the trees, and then ate 'em!"

They thought 'twas the devil was holding a revel,
And sent for the parson to drive him away;
For the town never knew such a hullabaloo
As that little dog raised—till the end of that day.

When the blood-red sun had gone burning down,
And the lights were lit in the little town,
Outside, in the gloom of the twilight grey,
The little dog died when he'd had his day.


(a Adolfo, por traérmelo de vuelta a casa)

jueves, 28 de abril de 2011

Hoy jueves, a partir de las 19 horas, estará a la venta, entre otros, una edición especial de El guiño de la Chatarra, a un precio también especial. Sólo en el Centro Cultural Padre Manuel de Estepona, y en Des Colonnes, Tánger.


Has sobrevivido a naufragios
y te sorprende que flote el aceite




(por Paco Nadie)

miércoles, 27 de abril de 2011

Max's Kansas City



Hoy, pinchamos poesía y pinchamos rock y pinchamos a secas, a eso de las 23 horas. En Residencia (denegada)

miércoles, 13 de abril de 2011

Impermeabilidad Cognitiva



El próximo viernes 13 de mayo, en la coqueta ciudad de Mainz, tendrá lugar la íntima muestra (qué fea y cursi es la palabrita "premier") de The Famous Blue Raincoat. Viel spass...

martes, 12 de abril de 2011

Levante

Cuando hay viento de levante me vuelvo del revés.
Reconquisto mis espacios negativos,
me mudo al trasluz de mis persianas,
ronroneo estirada entre mis pliegues
antes de empezar a explorar incertidumbres.
Y alguna certeza.

Cuando el viento viene de levante sólo hay relojes de arena.
Y dunas serpenteando la eternidad.
La idea de la muerte no se esquiva, no se olvida, no se teme.
Está en mi cama, en las olas, en ti y en tu urgencia al abrazarme.
Hay una extraña fijación en la forma de cortar los tomates,
una pulsión cálida en el chorro de agua que limpia mis manos.
Y ese ssssssssss constante contra las ventanas,
ese tintineo de la persiana anunciando fantasmales visitas,
ese quejío agonizante en los muros
y esos portazos metálicos que no pueden venir de ningún sitio.

Cuando el levante rompe contra mis pechos
naufragan el Mal y el Bien, el nudo y la angustia.
El miedo es el escalofrío de los 40 grados a la sombra
y la paz saber que nadie intentará cambiarme.
La verdad es una sandía siempre fresca y crujiente
y el futuro, el lujo de mantenerse en silencio tras la pregunta.

Cuando soy levante, bañada en sudor, salitre y valentía
no temo volver a empezar para volver a fracasar.

Pero siempre llega la resaca y el desconsuelo.
Y el poniente, sin levantar un palmo los granos de arena,
sin portazos, dramas ni malos modos,
con la altanería de un académico,
borra mi memoria, vence mi valentía.
El poniente me llama turista.


por Patricia Simón Carrasco. (Subdirectora de Periodismo Humano)



(Patricia et moi, pillados por Javier Bauluz, Primavera del 2011, Brooklyn)


Todo poema nace de una extrañeza cotidiana, como un desconocido que nos acompaña constantemente y en el que vertimos besos y escombros y del que tomamos todo lo que nos da. El viento puede ser ese extraño de manos heladas que se desvanece ante la fijación roja del corte del tomate o al escuchar su propio murmullo. Porque al final todo es mundo y todo es intemperie. Para Patricia el viento no es una imagen cualquiera, ni casi ese extraño, por eso no resulta abrupto el giro de persona, convertirse en levante y vestirse de Bolonia, o del viento norte, o con tacón, comerse el corazón de la sandía y escupir el resto, la derrota que no el fracaso, cuidar lo que no importa, y volver. Lo dijo Cernuda, y ella, claro, conoce perfectamente esos mismos callejones a veces sin salida, esos cuarenta grados a la sombra que impone el miedo: “porque algún día yo seré todas las cosas que amo”. Y ese día el viento dejará huella, por fin.




(Autoretrato, NYC)

lunes, 11 de abril de 2011

Bosque Oscuro

En el bosque melancólico
vive un dios enfermo.
En el bosque oscuro las flores son muy pálidas,
las aves muy hoscas.
¿Por qué está lleno el viento de advertencias susurradas,
el oscuro camino de sombríos presagios?
El dios enfermo yace en la sombra,
sus ensueños son malignos.


Por Edith Södergran

Los impostores

Dicen de él que será un clásico, lo dicen académicos, chamanes y críticos, casi lo mismo. A mí siempre me gustaron los clásios que no acaban de serlo, tengo muchos ejemplos que no vienen al caso. Por eso lo acompañé a un acto al que lo invitaron la madrugada anterior un profesor de un módulo de cine (o máster, o curso, o FP o VPO) lo reconoció bailando en un discopub de Granada, nos interrumpió el dirty dancing y lo invitó a dar una charla-conferencia con sus alumnos. A aquellos estudiantes de cine el cine le suena a cine, es decir, a chino, pero el cine es exótico y cercano, y cada vez hay más academias de chino. Eran mayoritariamente chicas, me imaginaba a sus padres viendo películas en el canal de pago y pensando que pronto aparecería por allí y que a Berlanga también le costó lo suyo. El futuro clásico habló de casi todo y a casi nadie le importó nada de lo que decía, se limitaban a aguardar el momento del final para correr a abordarlo contándole sus obras (un corto y cuatro páginas de microsoft word letra 12 que van a ser un guion cuando acabe con el agobio de los exámenes y que presentará a un concurso con el que te becan en noséqué fundación) o que estuvo malviviendo por Marruecos el pasado verano con una furgo de se exnovio que era músico y tenía una maqueta pero que lo dejó porque ella quería viajar y estudiar y salir y a ella no le gustaban los compromisos). Y llegó el trágico momento del film donde el protagonista, el futuro clásico, dio un beso que fue como una ametralladora. De camino al bar escuché susurrar a Victor (un estudiante, de cine, que preparaba en la filmoteca un ciclo -bendita palabra- sobre Paul Morrisey) "no lo sabía, qué fuerte" y Mónica (una chica italiana muy preparada para la ocasión) le sonreía con cara de espasmo. Supe que la Escuela invitaría a comer, los impostores hablaban de Pasolini, Van Sant o Fassbinder -han sido educados en la digestión o integración, que no en el ridículo de la exposición- entre aquellos montaditos de melva y pizzas con todo lo que existía, yo tomé ensalada acompañada de gintonics y pensaba en Carmina Ordoñez. Un buen amigo alemán me enseñó a comer con gintonics, la pena es que sólo lo puedo poner en práctica cuando pagan los impostores. Tomé siete y, haciendo honor a Eduardo Haro, me alcanzó con una tónica. Ya algo tocado intenté coquetear, yo también quiero aprender chino.




Ideal

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martes, 5 de abril de 2011




por Jan Saudek

lunes, 21 de marzo de 2011

Just Kids




por ROBERT MAPPLETHORPE

viernes, 11 de marzo de 2011

Hombre sin Descendencia

Sobre la búsqueda consciente, sobre esperar algo más de la vida, algo nuevo y mejor, caen, muy a menudo, chaparrones de mediocridad. Es legítimo, eso sí, como lo es veranear con tu novia en Benidorm o ponerle a tu hijo Kevin o bailar con las canciones de Miguel Bosé. Lo dice Luis Á. Piñer, la esperanza exige que la abandones para realizarse. Estos días tengo un paraguas inmenso: la lectura de un guion que me está golpeando en las sienes y me deja anestesiado durante horas en la Cacharrería (la mejor cafetería que conozco en Sevilla, donde el querido Piquero es adicto a la mermelada de mora)soy el primero en leerlo y puedo confirmar mi, aquí sí, bendita fortuna. Qué hermosa es la naturaleza cuando se pronuncia de esta forma. Con este paraguas volveré a Tánger donde la lluvia es fina y el tiempo inmutable, me llevo un libro recomendado por Alberto Santamaría (de él me fío), Literatura de Izquierda de Damián Tabarovsky, y el nuevo poemario de Braulio Ortiz Poole (con el que siempre coincido bailando), Hombre sin descendencia, y poco más, por mencionar sólo lo mencionable. Aspiro a no abandonar esta isla a menos que sea por motivos estrictos, tacto y placer, es decir, acudir a la presentación de The Famous Blue Raincoat la próxima semana o cuidar a mis paisanos del norte, entre otros rigores. Hoy estrenan Incendies, trabajo que recomiendan encarnecidamente Antoine (el Cordobés) y Carlos Boyero, de ellos me fío. Vuelvo a la lectura y al hielo, algún día le contaré esto a mi nieto Kevin en Benidorm, y que la vida es algo más.

jueves, 24 de febrero de 2011

Viper Room





(Lola Crespo y Alejandro Simón durante la lectura inagural)

Aún estáis a tiempo de disfrutar de Viper Room en el hotel Fontecruz de Sevilla (calle Abades 41). Y recordad que lo expuesto está a la venta a un precio muy asequible, casi irrosorio. Yo estuve ayer y es un placer tomarse una copa en el lugar de la exposición disfrutando de ella. En definitiva, profundamente recomendable.


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(En otro orden de cosas, por motivos de salud, el espectáculo que se estaba preparando para el Cicus quedá aplazado hasta nueva fecha. Aunque Alejandro sí intervendrá en Poesía del Rock, que se celebrará en el hotel AC de Málaga, organiza el Instituto Municipal del Libro. Málaga se convertirá en la capital del glam. El biógrafo y mayor experto en David Bowie, David Buckley, y el cantante Loquillo centran esta sexta edición)


info por Dennis C.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Grinding Stone




¿Qué te llevó a Estepona, Gary?
¿Qué señal esperabas?

martes, 25 de enero de 2011

Trichocereus, Mala Noche y FBR

Estamos en Madrid y en unos minutos hablamos en RNE sobre The Famous Blue Raincoat, por si alguien coincide. Suerte que sea por radio y nadie tenga que ver esta carita.

viernes, 14 de enero de 2011

En Camas

Aquel verano viajamos a Marruecos buscando más el placer y la coitodianidad que un buen cous-cous o unas vistas en el desierto. Esos meses previos de calor me encerré a darle forma a un trabajo que iba a ser sólo para mí (y que sigue aportandome esa exclusivad), es fácil escribir una historía negra (u oscurita) cuando se cuela en la casa los ecos de las familias camino de la playa, es fácil invertarse la niebla a cuarenta grados. Me servían de refresco Leonard Cohen, Stuart (Tindersticks) y Matt Berninger (The National). Con ese calor empezó a resurgir mi animadversión a las chaquetas de pana (me reservo los pantalones) y a sus propietarios y propietarias pelmas. Pensé en Paco Ibañez, ay qué disgusto, y decidí que el título debía ser en inglés y preconcebido. Pasaba muchas horas escuchando a Matt cantar y pensé en titular aquello Sad Songs for Dirty Lovers, pero me acabó pareciendo excesivamente descriptivo. El viento y la lluvia de Essaouira acabaron por escoger el título y la canción y, por tanto, el trozo de realidad y espanto que esa historia cuenta, no ya decidir un final que no existe ni dotarlo de los estigmas del género a elegir cuando ya lo dejó claro el poeta: Eros es más.
Ya se sabe que al dolor le gusta la compañia y hoy son muchos los que dan cuerpo, voz y belleaza ultimando flecos de esta eterna impermeabilidad celeste tirando para azul fuego.
Hace poco preguntaba a un amigo por el Genet de Tánger, él miro para otro lado y con cara de cansancio espetó: esas historias le costaron cuarenta años de vida y ni hoy se atreven a ponerla en escena... Nunca llegué a entender qué quiso decirme verdaderamente pero para salir de aquella hostilidad encendí un cigarrillo y reivindiqué la poesía de Genet y su genio, muy por encima de otros nombres como Henri Miller o el pazguato y patético Bukowski, y me limité a maldecir el habito del té. Me gusta aquello que escribió García Casado de que cualquier forma de amor conlleva desperdicio, siempre me lleva a un pollo asado descuartizado en la bandeja de papel de plata.
Elegí bien la canción y el precioso título de aquel acto de fe sin procesión y hoy me alegra conocer el video en el que el alemán cristiano ha colaborado durante estos últimos meses y que ya me huele a un estilo particularísimo, a una marca, qué se yo.
Será vanidad pero parece que esto es un homenaje a aquel tributo fracasado y a lo mucho que hoy me gustaría cenar con esos baritonos en aquella casa compartida de Essaouria. En definitiva, viva este arte national.


(pinchar sobre el video para ver correctamente el tamaño)