domingo, 24 de enero de 2010

...y vino

VENDIMIADOR


El poeta también va a la vendimia,

recoge frutos,

selecciona, respira hondo y

corta

el racimo

secamente,

ejecutando el drama,


lo deposita, con cuidado enfermizo

entre el resto de lo ya cortado.

Después, poco a poco,

con la paciencia necesaria,

en solitario, irá pisando versos

y transformando su cosecha.




Nada es del poeta,


salvo la transformación.




(Por Agustín Calvo Galán)

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