martes, 8 de diciembre de 2009

Postillas

El autor de este sitio duerme en un colchón. Me permite un graffiti. Ayer, solo y sólo ayer, hizo unos mil km, primera parada después de cinco horas en su Pumarejo y viaje rápido a Madrid, a visitar al salvavidas de su eterno tocayo de nombre y casi apellido. Dice que no se fia de los que apagan el motor de un coche antes de que acabe una canción, qué bobada, pensé, a las dos horas lo apunté para escribirlo aquí. Me gusta verles cara a cara, dándose una tregua de lo demás, discuten y coinciden a veces. Cruzado y seguro. Hablamos de lo bien que va el pueblo donde nacimos y conocimos, Castellar, de lo basado en hechos reales y de las postillas. Esconde la tapa como si fuera un arma nuclear. Buscamos un sitio rudo, un sitio donde a George Gff le gustara ir y salimos de allí bailando a los Kinks, de día y sin sol. A la una nos despiertan con una buena noticia, al último Loco no le importaría cambiar, por un rato, la capa por un impermeable azul. Vuelve a la cama. Piernas de marioneta.



Lourdes Cienfuegos M.

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