jueves, 29 de enero de 2009
Derecho al Verso
REFLEJO (Andrés Haedo)
El espejo recuerda
los rostros
la risa
de una herida
los nombres
que uno a uno se sucedieron
como máscaras
en el diluvio del amor
y el sueño
bajo las nubes
de la mañana
hay un espejo
dentro del espejo
una oscura conciencia
donde
nos miramos
sin
reconocernos.
Deseo del alba
Por Alejo González Prandi
Así me gusta llamarlo: el libro de la alegría. Si hay algo en Deseo del alba (Ediciones Último Reino, 2008), es celebración, festejo de lo cotidiano como lo sublime. El autor -Andrés Haedo- reúne los elementos de su poética en un círculo de danza intimista, oxigenada, aprovechando como Sorolla y Bastida la máxima capacidad de luz.
(vía rápida sin peaje: la Bitácora de Gelman)
Andrés Haedo trabaja en la Universidad de Derecho de la UBA. Poesía y Derecho han caminado de la mano hasta su reciente divorcio a principios del s.XX. Las primeras leyes escritas tenían un marco claramente poético, tanto que no eran letrados ni juristas sino poetas quienes las escribían. Andrés lo manifiesta en su magnífico poemario.
miércoles, 28 de enero de 2009
Armas, Mentiras y otras Perversiones
jueves, 22 de enero de 2009
Vivir en el extrarradio de la Diana donde no existe puntuación posible
La Diana
Bate sin miedo el tambor,
Y abraza a la cantinera:
He aquí la ciencia entera;
Esta, del libro mejor,
Es la acepción verdadera.
Que de tu tambor el ruido
Despierte al mundo dormido:
Toca con ardor diana.
¡Adelante, siempre erguido!
Es la ciencia soberana.
De Hegel es el profundo
Sentido más acabado;
Lo aprendí, y está probado:
Soy un muchacho de mundo,
Y un tambor aprovechado
H. Heine
Bate sin miedo el tambor,
Y abraza a la cantinera:
He aquí la ciencia entera;
Esta, del libro mejor,
Es la acepción verdadera.
Que de tu tambor el ruido
Despierte al mundo dormido:
Toca con ardor diana.
¡Adelante, siempre erguido!
Es la ciencia soberana.
De Hegel es el profundo
Sentido más acabado;
Lo aprendí, y está probado:
Soy un muchacho de mundo,
Y un tambor aprovechado
H. Heine
miércoles, 21 de enero de 2009
lunes, 12 de enero de 2009
Children of the Revolution
Es el tiempo de los hijos de la revolución, huérfanos, adoptados, perdidos e inadaptados, es éste el extraño tiempo anodino ya.
sábado, 10 de enero de 2009
jueves, 8 de enero de 2009
Caretas
Acaban de asesinar a tres nuevas personas en Gaza en este mismo momento, antes de la misericordiosa tregua para recargar fusiles. No son las primeras, la verdad tiene este dudoso honor, después le siguen la historia y la razón, y así moriremos todos, algunos en Gaza y otros en vida.
David es un amigo israelí que huyó literalmente de Israel para evitar el "traumático paso por un ejército dirigido por criminales", David me comentaba en Colonia(Uruguay) como diariamente pequeños comandos del ejército israelí entraban en territorio palestino para hacer desaparecer en ocasiones a familias enteras respondiendo a estrategias militares en defensa del pueblo judio.
Y es que este conflicto, como ya se sabe o no, no es nuevo, sí lo es el brutal enduricimiento del monólogo isreelí y el apocado honor de todos los gobiernos que alcanzamos a recordar.
El nuevo presidente norteamericano va a esperar hasta el 20 de enero para pronunciarse, quizá entonces ya esté en nómina y así evite comprometer a los amigos en balde, quizá entonces sea demasiado tarde. Ahora toca fotografiarse con todos los presidente vivos que ayudaron a esta masacre. Ya nos pasó el tiempo de caretas y confetis, no existen muchos neofilósofos a los que atender pero tampoco se requiere doctorado en David Hume para entender que la esperanza no nace en ningún país (y menos en la clase política americana) y sí en la primera víctima de esta invasión, y de tantas otras.
Hay muchas cosas que gritar, una y otra vez, y caminos casi impracticables que conocemos y para transitarlos es imprescindible comprender, entender y aprehender desde la historia y no, jamás, desde las editoriales de nuestras empresas periodísticas, algunas con titulares garantizados ya para unos meses, ahora, como en los inicios de la invasión a Irak, se vende más y éso en época de crisis nunca viene mal. Los medios y sus informadores se acusan mutuamente de la forma de informar y los informados no están suscritos a ellos.
Queda poco para que se cumplan esas tres horas donde la sangre reseca es motivo de celebración. Es el momento de quitar caretas y luchar por la memoria de la primera víctima y, como decía Stalin, no perdernos en la estadística, ni en sus variantes. Sería un posible buen camino hacia la aromatizada sangre reseca.
David es un amigo israelí que huyó literalmente de Israel para evitar el "traumático paso por un ejército dirigido por criminales", David me comentaba en Colonia(Uruguay) como diariamente pequeños comandos del ejército israelí entraban en territorio palestino para hacer desaparecer en ocasiones a familias enteras respondiendo a estrategias militares en defensa del pueblo judio.
Y es que este conflicto, como ya se sabe o no, no es nuevo, sí lo es el brutal enduricimiento del monólogo isreelí y el apocado honor de todos los gobiernos que alcanzamos a recordar.
El nuevo presidente norteamericano va a esperar hasta el 20 de enero para pronunciarse, quizá entonces ya esté en nómina y así evite comprometer a los amigos en balde, quizá entonces sea demasiado tarde. Ahora toca fotografiarse con todos los presidente vivos que ayudaron a esta masacre. Ya nos pasó el tiempo de caretas y confetis, no existen muchos neofilósofos a los que atender pero tampoco se requiere doctorado en David Hume para entender que la esperanza no nace en ningún país (y menos en la clase política americana) y sí en la primera víctima de esta invasión, y de tantas otras.
Hay muchas cosas que gritar, una y otra vez, y caminos casi impracticables que conocemos y para transitarlos es imprescindible comprender, entender y aprehender desde la historia y no, jamás, desde las editoriales de nuestras empresas periodísticas, algunas con titulares garantizados ya para unos meses, ahora, como en los inicios de la invasión a Irak, se vende más y éso en época de crisis nunca viene mal. Los medios y sus informadores se acusan mutuamente de la forma de informar y los informados no están suscritos a ellos.
Queda poco para que se cumplan esas tres horas donde la sangre reseca es motivo de celebración. Es el momento de quitar caretas y luchar por la memoria de la primera víctima y, como decía Stalin, no perdernos en la estadística, ni en sus variantes. Sería un posible buen camino hacia la aromatizada sangre reseca.
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